El aire viciado enferma: demasiado CO2, demasiado poco oxígeno

Cuando algo nos parece especialmente valioso y necesario, solemos destacar su importancia con la metáfora «como el aire para respirar». Pero lo realmente decisivo para nuestro bienestar es la cantidad de oxígeno en el aire que respiramos. En lugares cerrados donde permanecen varias personas al mismo tiempo, este oxígeno se consume rápidamente, al mismo tiempo que aumenta el CO2 que se espira. Esto sólo puede remediarse ventilando regularmente y de forma correcta: en el mejor de los casos, siguiendo la norma DIN.

Siga leyendo